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miércoles, 21 de agosto de 2013

La Guerra de Sucesión española (1701-1714).

Carlos II de España.
La muerte de Carlos II de España era esperada con impaciencia en las cortes de las principales potencias europeas. Su muerte sin descendencia dejaría vacante el trono español. Gran Bretaña, en su interés por mantener una política de equilibrio europeo, ofrece un acuerdo a Francia en cuanto al trono español; se designaría como sucesor al príncipe de Baviera, Fernando José. Además se llevaría a cabo un reparto de los territorios españoles en el continente. De esta forma Guillermo III de Inglaterra y Luis XIV, con la conformidad del propio Carlos II, sellan el acuerdo. Se trata del Primer Plan de Repartimiento (1698).
Pero la muerte del príncipe bávaro hizo necesario un nuevo acuerdo. Ahora el elegido para el trono hispano es el archiduque Carlos, hijo del Emperador Leopoldo I (Segundo Plan de Repartimiento de 1700).

Felipe V de Borbón..
En noviembre de 1700 se produce el fallecimiento del monarca español en cuyo testamento se anulaban los acuerdos previos y se designaba sucesor a Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia, e hijo de la princesa española María Teresa. De esta forma, en 1701, Felipe de Anjou es nombrado rey por las Cortes, coronándose como Felipe V
Pero esto era algo que Gran Bretaña, desde su posición hegemónica,  no iba a permitir. Este movimiento provocaba una ruptura del equilibrio continental en favor de los Borbones franceses, quienes se hacían fuertes en el continente. Gran Bretaña, aliada con Holanda, Austria, Prusia, Hannover y Portugal, declaran su apoyo al pretendiente austriaco y por consiguiente la guerra a España y Francia. El litigio se resolvería en el campo de batalla; comienza la Guerra de Sucesión Española. De esta forma un conflicto sucesorio interno se va a convertir en un conflicto internacional que tendrá como escenario el Viejo Continente.

Diferentes alianzas y principales campañas a nivel europeo.

La guerra también provocó una división a nivel nacional. Felipe V fue apoyado por Castilla, excepto la gran nobleza, que veía en el nuevo monarca la posibilidad de recortes en sus poderes. El archiduque contará con el apoyo de Aragón, sobre todo por Cataluña, pues temían que la centralización borbónica acabase con sus privilegios. Ello desembocará en una guerra civil de diez años. 
En 1704 el archiduque Carlos llega a Lisboa desde donde iniciará sus campañas. Ese mismo año Gran Bretaña toma Gibraltar en nombre del Habsburgo y en 1705 el austriaco toma Barcelona donde es proclamado rey como Carlos III. Por contra, Felipe V, obtiene una importante victoria en Almansa (1707).

Desarrollo del conflicto en la Península.

En 1706, la Gran Alianza, como se denominó al pacto anti-borbónico, obtiene victorias en Ramillies (Países Bajos) y Turín. En 1708 en Lille y en 1710 las tropas del archiduque toman Madrid, ciudad que mantienen durante dos meses, hasta su recuperación por parte de Felipe V. Dos victorias borbónicas vendrán a marcar el fin de la contienda: Brihuega y Villaviciosa (1710).
 
Archiduque Carlos.
Además un nuevo acontecimiento va a suponer el giro definitivo que venga a por poner fin al conflicto; el 17 de abril de 1711 muere el emperador alemán José I, vacante que quedará desde ese momento en manos del archiduque. 
Ante esta nueva situación el desequilibrio europeo se declinaba ahora del lado austriaco. Gran Bretaña, recelosa de este nuevo viraje, decide ofrecer conversaciones de paz donde se pretende reconocer a Felipe V como rey de España a cambio de su renuncia al trono francés. Y así fue, todo ello se concretará en la firma del Tratado de Utrecht en 1713.

Pero además de esto, Utrecht supuso un importante reparto territorial. Austria recibía el Milanesado, Flandes, Nápoles y Cerdeña. Gran Bretaña recibe Gibraltar y Menorca además de privilegios en el comercio con América, sobre todo en lo concerniente al tráfico de esclavos (Tratado de Asiento de Negros), haciéndose con el monopolio. Esto supondrá la confirmación del país anglosajón como la gran potencia marítima del momento. Por otra parte, Sicilia es entregada a Saboya y  Felipe V mantendrá sus dominios coloniales. El emperador Carlos VI reconocerá estos acuerdos en las posteriores paces de Rastatt y Baden.

Reparto de los territorios europeos españoles tras Utrecht (1713).

El conflicto, cerrado a nivel internacional, continuó algunos meses más en España, y es que Cataluña decidió continuar su lucha contra los Borbones. Tras catorce meses de asedio, las tropas reales entran en Barcelona dando por acabado definitivamente el conflicto (11 de septiembre de 1714).

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