Un espacio personal de reflexión sobre la Historia y otras curiosidades.

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sábado, 4 de abril de 2015

Francisco de Sandoval, Duque de Lerma.

En estos tiempos que corren, donde la corrupción acapara las principales ediciones de los medios de comunicación, no podía faltar referencia a un personaje que fue acusado de dirigir una de la mayores redes de corrupción que ha sufrido España en su historia, Francisco de Sandoval y Rojas, más conocido como Duque de Lerma (Tordesillas 1553-Valladolid 1625).
Duque de Lerma.
Aristócrata español y Grande de España por gracia de Felipe III, se convierte en valido de éste con poder pleno en todo el periodo que dura su gobierno (1599-1618). Ejercerá una gran influencia sobre el monarca, quien desinteresado por los asuntos de gobierno, cede a Lerma el poder del mayor imperio del mundo.
La gran amistad que le une al Infante don Felipe venía de largo, pues es en la corte de Felipe II donde se educa gracias al apoyo que recibió de su tío, Cristóbal de Rojas, Arzobispo de Sevilla. Esto hará que adquiera un exhaustivo conocimiento de la corte y de las intrigas que en ella se producían, lo que le valió para recibir el favor del futuro rey, y una vez en la cúspide, manejar la corte y el reino a su entero antojo.
La creciente influencia de Sandoval sobre el Infante no pasó desapercibida y provocó cierto recelo en Felipe II, quien lo designa Virrey de Valencia entre 1595 y 1597, en un intento por alejarlo del centro de poder. En 1597, por expreso deseo del Infante, vuelve a Madrid donde es nombrado Caballerizo del Infante, iniciándose así su carrera política en la Corte.
En 1598 Felipe III sucede a su padre, heredando un Imperio en declive que mantenía graves problemas de Hacienda y frentes abiertos contra Inglaterra y los Países Bajos principalmente. Un año más tarde comienza Sandoval su privanza que ejercerá durante diecinueve años, unos años que estarán marcados por una acción política sólo encaminada a su provecho propio, donde la corrupción, los tratos de favor, la venta de cargos y el clientelismo serán sus señas de identidad.
Su excesiva ambición y escasa inteligencia fueron lastres para su pobre labor de gobierno, dando lugar a una política mediocre que hundió a España más si cabe.
Aún así, y quizás obligado por lo paupérrimo de la economía española, desarrolló una política pacifista que le llevó a firmar la paz con Inglaterra y la Tregua de los Doce Años con los Países Bajos, lo que favoreció a una exhausta monarquía.
La conciliación con Inglaterra llega tras la firma de la llamada Paz de Londres (1604), firma que ponía fin a cerca de veinte años de conflicto que habían provocado enormes pérdidas tanto a unos como a otros. La derrota de la Gran Armada (1588), presente todavía en la conciencia patria por obra y gracia de la Leyenda Negra, o el saqueo de Cádiz en 1596 fueron los reveses más importantes de la monarquía de Felipe II en su duelo contra los anglosajones. Los ingleses por su parte también sufrieron, aunque esto menos reconocido, y es que sus continuos intentos por tomar enclaves caribeños españoles tuvieron como resultado fracasos rotundos que se manifiestan en las muertes de los corsarios Hawkins (1595) y Drake (1596) a manos de marinos españoles. Los continuos ataques a la Flota de Indias y el intento de toma de algún puerto peninsular, también acabaron en fracaso.
Mediante este acuerdo España se comprometía a no favorecer el catolicismo en Inglaterra, además de conceder ciertos beneficios económicos a ésta en el comercio con América. Por su parte, Inglaterra renunciaba a su apoyo a los rebeldes holandeses y permitía el tráfico marítimo español por el Canal de la Mancha.
Sin duda, la Paz con Inglaterra influyó en la posterior firma de la Tregua de los Doce Años (1609-1621) con los Países Bajos, quienes luchaban por su independencia del Imperio español. Esta firma resultó poco beneficiosa para España, pues supuso el reconocimiento implícito de la independencia de estos territorios, independencia que alcanzarán tras la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) y la firma de la Paz de Westfalia.

"La expulsión de los moriscos", Gabriel Puig Roda (1894).
 Durante el gobierno de Lerma hubo un tercer acontecimiento a destacar: la expulsión de los moriscos entre 1609 y 1613. Los moriscos eran aquellos musulmanes que habían sido forzados a convertirse al cristianismo una vez que los Reyes Católicos conquistaron Granada en 1492. Los descendientes de estos seguían viviendo en comunidades y manteniendo parte de sus costumbres, aprovechándose de la flexibilidad de los monarcas españoles y de los pagos que estas comunidades realizaban a la corona en pos de esa laxitud. 
Pero la rebelión morisca de 1568 en las Alpujarras granadinas, difícilmente reducida por Felipe II, y el miedo de un apoyo morisco a un eventual ataque turco sobre la península, hizo que Felipe III tomara la decisión que su padre no se había atrevido. Cerca de trescientas mil personas fueron obligadas a abandonar España con unas consecuencias todavía hoy debatidas. A la pérdida poblacional ya referida, habría que sumar las consecuencias económicas, de fuerte calado, sobre todo en el levante español, donde se concentraba gran parte de esta población. Eran gentes dedicadas a la artesanía, el comercio y el trabajo en las huertas, sectores que difícilmente podían ocupar los cristianos. Ni qué decir tiene que esta población estaba obligada al pago de impuestos, por lo que su marcha mermó la ya delicada Hacienda castellana. Un duro golpe económico del que España tardará en salir.



El declive de Lerma comienza pronto y es que el nombramiento de familiares y amigos para los principales cargos de la Corte y administración fue marginado a una facción que no tardaría en conspirar contra él.
En 1601 el valido convence a Felipe III para trasladar la capital desde Madrid a Valladolid. Previamente, en ésta última ciudad, había comprado numerosas propiedades, que una vez consumado el cambio de capitalidad, vendió a altos precios, incluso al monarca, una maniobra que hoy podía calificarse de especulación inmobiliaria y que le reportó abundantes beneficios. En 1606 convence al monarca para volver la capital y Corte a Madrid; de nuevo se aseguró cuantiosas ganancias.
A partir de 1612, también serán los militares los que conspiren contra Lerma debido a su política pacifista. Estos enviarán numerosas quejas al rey sobre los tejemanejes del valido. Mal asunto éste, pardiez, tener a la soldada en contra.

La Reina Margarita de Austria (1584-1611).
La reina Margarita, quien apreciaba poco al valido y a sus oscuras prácticas, se rodeó de ese grupo cortesano que había sido apartado del poder y perjudicado por los negocios de Sandoval para iniciar un proceso que sacó a la luz toda una red de corrupción. Poco a poco los principales colaboradores de Lerma fueron cayendo, incluso su mano derecha, Rodrigo Calderón de Aranda, quien en 1621 será ajusticiado en la Plaza Mayor de Madrid.
Ante el cariz que estaban tomando los acontecimientos, el rico valido recurrió a una estratagema para librarse del proceso; solicitó al Papa el capelo catedralicio, lo que le fue concedido en 1618. Esto, y el apoyo del rey que nunca perdió, le sirvió para salvar la jurisdicción civil y la vida.
El rey aconsejó a Sandoval, el hombre más rico del Imperio, su retirada de la vida política. Éste se marcha a Valladolid desde donde verá como el mismo grupo que conspiró contra él y provocó su caída, grupo donde se encontraba su propio hijo, el duque de Uceda, a la postre su sucesor, se disputan ahora su puesto. Será el Conde-Duque de Olivares, aprovechando la subida al trono de Felipe IV en 1621, quien ordene el embargo de todos los bienes del cardenal-duque y su confinación en las posesiones que mantuvo en Burgos y Valladolid. Muy perjudicado en su salud, Lerma fallece en 1625 con la triste fama de político corrupto, fama que le perdura por mucho que las últimas revisiones historiográficas quieran ver un posible complot contra su persona.

sábado, 8 de noviembre de 2014

Felón para unos, deseado para otros...



Retrato de Fernando VII, por Francisco de Goya.
El tratado de ValenÇay de 1813 supuso el fin de la Guerra de Independencia en España y el reconocimiento por parte de Napoleón Bonaparte de Fernando VII como su legítimo rey. Los liberales españoles, atentos a los movimientos del "Deseado", pretendían que éste regresara lo antes posible a Madrid y ratificara todo lo acordado en Cádiz. Pero el núcleo tradicional sabía que ahora era el momento de acabar con toda aquella labor legislativa. Por esto, aconsejaron al rey llegar a Valencia donde le hicieron entrega de un documento, el llamado "Manifiesto de los Persas", donde le piden que anule todo el proceso de Cádiz y vuelva al Antiguo Régimen.
El rey, quien se ve respaldado por el ejército y las clases populares, deseosas de su regreso, publica el Real Decreto de 4 de mayo de 1814, documento donde anula la Constitución que había prometido respetar.
Supondrá esto una marcha atrás, una vuelta al Antiguo Régimen que tendrá como consecuencia directa una dura represión contra los elementos liberales y la restauración de instituciones abolidas anteriormente como fueron los gremios, el régimen señorial o la Inquisición. La situación internacional derivada de la Europa de la Restauración surgida tras el Congreso de Viena de 1815 favoreció el giro político.
La situación del país era caótica en muchos sentidos: la guerra, tremendamente destructiva, había provocado más de 300000 muertes, había arruinado gran parte de la tierra de cultivo y había hecho desaparecer la incipiente industria española. Pero la reticencia de los grupos privilegiados, nobleza y clero, al emprendimiento de reformas que salvasen la Hacienda Real, pues ello supondría su obligación a pagar impuestos, sume al país en el más profundo de los abismos.
Se comienza a generar de esta forma una oposición de descontentos, sobre todo de liberales, que desean la vuelta a un régimen constitucional. Además, dentro del ejército, donde se habían integrado los cabecillas que consiguieron la expulsión de los franceses, nace una corriente partidaria de reformas. Los campesinos, perjudicados por la vuelta del sistema señorial, se sumarán también.

Rafael del Riego (1784-1823).
Se van a suceder una serie de conspiraciones que no llegan a triunfar debido al escaso apoyo popular, como los de Espoz y Mina en Navarra o Lacy en Barcelona. Finalmente, y en consonancia con el ciclo revolucionario europeo de 1820, el pronunciamiento del coronel Riego en las Cabezas de San Juan el 1 de enero de 1820 consigue su propósito. Aprovechando la concentración de tropas en Sevilla, tropas que iban a ser destinadas a sofocar el movimiento independentista en América, se alza contra el gobierno obligando al rey a aceptar la Constitución. Se inicia pues un periodo de tres años (Trienio Liberal, 1820-1823) donde la labor de las Cortes de Cádiz es rescatada.
La primera decisión del nuevo gobierno fue la declaración de una amnistía política y la celebración de elecciones a Cortes, donde la mayoría liberal derrocará de nuevo todas esas instituciones añejas que impedían el desarrollo de la nación (gremios, mayorazgos, señoríos etc.). Se crea también la denominada Milicia Nacional, cuerpo de voluntarios armados que tendrán como principal función velar por el cumplimiento de la constitución y las leyes emanadas de la misma.
La actitud del monarca, lejos de ser pasiva, será de la de boicotear continuamente las reformas poniendo continuas trabas a la labor del gobierno liberal. Su derecho a veto, reconocido por la Carta Magna, así se lo permitía.
A pesar de todo esto, el descontento del campesinado con el nuevo régimen iba en aumento, y es que la abolición de los señoríos había sido algo nominal; seguían sin tener acceso a las tierras pues los propietarios continuaban siendo los mismos, nobleza y clero, y ellos simples arrendatarios que si no pagaban eran expulsados. Nobleza y clero, también descontentos, conspirarán contra el gobierno.
Este estado de incertidumbre hará finalmente que el rey se decida a pedir auxilio a la Santa Alianza. En 1823, un ejército francés dirigido por el Duque de Angulema, "los Cien Mil Hijos de San Luís", penetran en la península, y sin apenas oposición, toman el país en nombre de Fernando VII y el absolutismo. El coronel Riego es detenido y acusado de alta traición. Muere ahorcado en Madrid. Una nueva etapa de represión se abre en la Historia de España, la llamada Década Ominosa (1823-1833).

Movimientos militares del ejército francés del Duque de Angulema.

De nuevo se repiten persecuciones y exilios que ponen de manifiesto la intransigencia de un monarca que ha pasado a la Historia por ser el más nefasto de entre todos, felón para unos, deseado para otros...
La situación de España era lamentable, sobre todo en el aspecto económico, donde la pérdida de las colonias americanas acentuaba la crisis. El monarca, en la línea del Despotismo Ilustrado, intenta cierta reformas que los grupos tradicionales echan por tierra.
Entre tanto, el rey continuaba sin descendencia, lo que provocó la creación de ciertos círculos que veían en Carlos María Isidro, hermano menor del monarca, la figura idónea para la sucesión. Pero la situación iba a complicarse, pues en 1830, fruto del cuarto matrimonio de rey, nace Isabel quien se postulaba como futura reina.
Se origina de esta manera una cuestión sucesoria, pues los tradicionalistas apoyaban a Carlos María, y la existencia de la Ley Sálica en España desde la llegada del primer Borbón, suponían un duro escollo.
Fernando, aconsejado por su mujer, María Cristina, publicará en 1832 la Pragmática Sanción, decreto que abolía la Ley Sálica abriendo las puertas de la corona a su hija Isabel.
Se configuran de este modo dos grupos, los tradicionalistas que apoyan a Carlos María Isidro, y los isabelinos, encabezados por la reina regente que sabrá atraerse el apoyo de los liberales.
En 1833 se produce la muerte del monarca tras una larga enfermedad dejando como heredera al trono a su hija Isabel; el conflicto estaba servido. Los absolutistas no lo aceptarán; Carlos María se autoproclama rey comenzando el levantamiento carlista. La guerra, una nueva guerra civil, había comenzado.

domingo, 21 de abril de 2013

Herodoto, el padre de la Historia.

Herodoto (484-420 a.c.)
En un blog como éste no podía faltar una referencia al que pasa por ser el padre de la Historia, Herodoto (484-420 a.c.), nacido en Halicarnaso, cuando esta colonia griega de Asia Menor se encontraba bajo dominio persa.
Nació en el seno de una familia pudiente, lo que le permitió una adecuada educación y formación. Viajó por toda Grecia además de por gran parte del mundo conocido, incluyendo las islas del Egeo, Mesopotamia, las costas del Mar Negro y Egipto.
Vivió en la Atenas de Pericles, centro cultural del mundo heleno, donde recibió un amplio reconocimiento. Se trasladó a la Magna Grecia (sur de Italia) donde colaboró en la fundación de Turios. Aquí será donde lleve a cabo su gran obra, “Historiae”. Escrita en dialecto jonio fue dividida más tarde en nueve volúmenes, y supone la primera descripción del Mundo Antiguo.
En la obra se narran fundamentalmente las Guerras Médicas (500-448 a.c.) que enfrentaron a griegos y persas, o entre griegos y bárbaros, como el mismo Herodoto menciona.
Pero su obra no fue sólo un relato histórico, sino que incluye una gran variedad de contenidos que van desde simples anécdotas a datos etnográficos, faunísticos o climáticos. Supone un intento por mostrar a los hombres de la Grecia Clásica como eran los diferentes países, sus gentes y costumbres.
Las fuentes en las que bebió Herodoto fueron diversas: orales, escritas y otras resultado de su propia observación directa, gracias a los viajes que realizó por el mundo conocido.
Plantea un método crítico, aunque no profundo, lo que le valió la crítica de otros pensadores como Tucídides (460-396 a.c.), quien lo tacha de poco riguroso. Éste último consideraba que los acontecimientos históricos no venían determinados por los dioses, sino producto de otros factores políticos o éticos. Herodoto, por su parte, consideraba el devenir histórico como algo predeterminado por la voluntad divina.

El mundo conocido de Herodoto.
Sin embargo, y a pesar de esto, se convertirá en fuente para posteriores historiadores, sobre todo romanos, que hacen continuas referencias a él. Fue Cicerón quien lo nombra como padre de la Historia.
Durante la Edad Media cayó en el olvido, aunque indirectamente y gracias a las menciones de los autores latinos siguió vigente. Será durante el Renacimiento cuando se retome su obra, siendo traducido al latín. La imprenta ayudó enormemente a su difusión..

viernes, 21 de diciembre de 2012

El origen de la Iglesia Anglicana.

En los últimos días se ha podido leer en prensa como la Iglesia Anglicana sopesaba la opción de que las mujeres pudieran ordenarse como obispos. Cabe señalar que el anglicanismo reconoce desde 1992 el derecho de la mujer a ejercer el sacerdocio y lo que se pretendía con esto era dar un paso más y alcanzar la igualdad entre el hombre y la mujer dentro de la Iglesia de Inglaterra. Pero como ustedes, queridos lectores, pueden suponer, no voy abrir aquí un debate ideológico o dogmático sobre éste o cualquier otro credo, aunque dejando claro, eso si, que la igualdad entre iguales, y hombres y mujeres los somos, debe estar presente en todos los ámbitos de la vida, y porqué no en el religioso. De todas formas, insisto, no pretendo que este blog sea un foro de discusión sobre cuestiones religiosas por lo que derivaré el asunto hacia mi terreno, la Historia, donde me manejo infinitamente mejor que en ámbitos metafísicos. Pues bien, supongo que muchos de ustedes se preguntarán cual es el origen de este credo cristiano. Para responder a esta pregunta tenemos que remontarnos al primer tercio del siglo dieciséis, periodo convulso para la Iglesia Católica, pues en él se enmarca todo el movimiento protestante que provocó la ruptura de la cristiandad europea.
Lutero, hastiado de los desmanes de la Iglesia Católica, inicia la Reforma Protestante con la publicación en la iglesia de Wittenberg de sus Noventa y cinco Tesis.

Enrique VIII, de la dinastía Tudor.
En estos momentos gobierna en Inglaterra Enrique VIII (1509-1547) quien en un principio se muestra como un ferviente defensor de la fe católica, lo que le vale el título de "Defensor Fidei", otorgado por el Papa León X.
Pero todo va a cambiar a partir de 1525, momento en que el emperador Carlos V derrota a Francisco I de Francia en Pavía, lo que provoca una ruptura en el equilibrio de fuerzas continental a favor de España. Enrique pretende entonces un acercamiento hacia Francia e idea, junto a su asesor Wolsey, un plan matrimonial que lo una al país galo. Pero en todo este movimiento político y diplomático hay un gran escollo que Enrique debe superar, y es que está casado con una princesa española, Catalina de Aragón, para más inri, tía del emperador Carlos. Con Catalina sólo había tenido una hija (María Tudor) pero no herederos varones, motivo por el que solicita al Papado la anulación de su matrimonio. Pero el Papa, influenciado sin duda por Carlos V, se lo niega, motivo que esgrimirá el inglés para romper con Roma.
Hay que decir que Enrique VIII se valió además de otras cuestiones para reforzar esta ruptura y es que recibe el apoyo de gran parte del clero secular inglés, muy descontento debido a la alta fiscalidad que imponía el Papado y al creciente poder que iban tomando las órdenes religiosas. Por todo ello, en 1531, Enrique VIII rompe con Roma y se declara cabeza de la Iglesia de Inglaterra.
En 1533 Thomas Cranmer, Arzobispo de Canterbury y por extensión primado de la Iglesia Anglicana, anula el primer matrimonio de Enrique VIII y corona reina a Ana Bolena, quien morirá ajusticiada años más tarde (1536) acusada de adulterio y traición.
En 1534, el Parlamento inglés promulga la denominada Acta de Supremacía, donde se reconoce a la iglesia estatal anglicana y al rey como su máximo representante. Por supuesto todo esto provocará la excomunión del monarca, decretado por el Papa Clemente VII.
Enrique VIII iniciará a partir de este momento, aconsejado por Thomas Cronwell, una dura represión contra los católicos a los que acusa de traidores. Aquí se sitúa la condena a muerte del humanista Tomás Moro ("Utopía"), canciller del monarca, pero que se niega a aceptar el divorcio con Catalina de Aragón y a firmar el Acta de Supremacía.
Hay que decir que durante el resto del reinado de Enrique VIII los dogmas de la nueva Iglesia Anglicana son los mismos que los de la fe católica ( gracias al "Estatuto de los seis artículos" ), pero tras su muerte y la subida al trono de su hijo Eduardo VI (1547-1553), quien sólo contaba con nueve años, será Thomas Cranmer quien inicie la verdadera reforma de la Iglesia de Inglaterra, acercándose a las corrientes protestantes del momento, sobre todo del Calvinismo.
María Tudor, reina de Inglaterra.
En 1553 accede al trono María Tudor, quien iniciará una reacción católica, persiguiendo a anglicanos y ejecutando a Cranmer. Su sucesora, Isabel I (1558-1603), hija nacida del matrimonio de Enrique con Ana Bolena, restablecerá definitivamente el culto anglicano, quedando ratificado mediante el Juramento de Supremacía y el Acta de Uniformidad de 1559.
Consecuencias económicas importantes se derivarán de todo esto proceso. El estado inglés procederá a la supresión de las órdenes monacales y la incautación de todos sus bienes, los cuales serán subastados entre la nobleza y la burguesía inglesa, lo que constituirá la base de la riqueza inglesa de los siglos posteriores.


miércoles, 22 de agosto de 2012

El Imperio Carolingio.

Uno de los grandes personajes que destaca en la historia medieval europea es Carlos I el Grande, más conocido, seguramente, como Carlomagno, cuya vida transcurre entre los años 742 y 814.

Carlomagno (742-814).
Pertenecía a una importante familia nobiliaria franca, los Pipínidas. Estos, muy cercanos al poder (o mejor dicho, eran el poder mismo) constituían un linaje de Mayordomos de Palacio, quienes ante la incapacidad de los últimos reyes merovingios, logran conquistar el trono franco.
El abuelo de Carlomagno, Carlos Martel, quien detuvo el avance musulmán en Poitiers (732), obtuvo un enorme prestigio para su familia con esta hazaña, lo que redundó en un aumento de su poder e influencia. La derrota musulmana hará que estos ya nunca más vuelvan a cruzar los Pirineos.
Será su padre, Pipino el Breve, apodado así por su baja estatura, quien con el apoyo de gran parte de la nobleza franca y del Papado (concretamente el Papa Zacarías) sustituya en el trono al último rey merovingio, Childerico III. Corría el año 751, y de esta manera, una nueva dinastía, los carolingios, denominados así en honor a Carlos Martel, se alzan con el poder.
Una vez consumado el cambio de dinastía, el Papa Esteban II pide ayuda a Pipino, en concreto contra el rey de los lombardos Astolfo; éste último es derrotado (754-756) y obligado a devolver los territorios conquistados, el Exarcado y Pentápolis. Pipino, titulado por el Papa como "Patricius  Romanorum" (Protector de los romanos) acaba donando los citados territorios al papado. Es lo que se conoce como la "Donación de Pipino", unos territorios que junto al ducado de Roma van a constituir el Estado Pontificio, el llamado "Patrimonium Petri".
En el año 768 muere Pipino, quien siguiendo la tradición germánica, divide su reino entre sus dos hijos, Carlos y Carlomán. Éste último morirá sólo tres años después, dejando a Carlos como único rey de los francos.
Centrándonos en la figura de Carlomagno hay que reconocer que su obra, y su propia persona, se han rodeado de un halo legendario. Conocemos bastante bien su vida, gracias a Eginardo y su obra "Vita Karoli".

El Imperio de Carlomagno en su momento de mayor expansión.

Su gran objetivo fue restablecer el Imperio Romano, desaparecido en el 476, cuando el último emperador de occidente, Rómulo Augústulo, fue depuesto por Odoacro, un reyezuelo de la tribu de los Hérulos. Este reto es lo que explica su enorme labor bélica, lo que le llevó a crear uno de los grandes imperios de la historia europea.
Así, en el año 774, y tras la solicitud de ayuda del Papa Adriano I, consigue derrotar definitivamente a los lombardos del norte de Italia, incorporándolos a su reino. Carlomagno se hará proclamar como "rey de los francos y lombardos".
También conquistó la tierra de los sajones (norte de Alemania), no sin esfuerzo, pues fueron necesarias dieciocho campañas y treinta y dos años para que los sajones doblaran sus rodillas ante el ya emperador. Más al este se embarca en la toma de Frisia y Panonia, dominando además las tierras de la actual Hungría, Croacia y parte de Servia, tras su lucha contra los Ávaros.
También intervino en Hispania, aunque aquí sufrió una dura derrota ante los vascones, quienes apoyados por los musulmanes, según parece, asestaron un gran golpe al ejército carolingio, pereciendo sus principales capitanes, entre los que se encontraba el mítico Roldán. Esta derrota, y el posterior ataque de los musulmanes a Narbona, hace que Carlomagno se decida por la creación de la Marca Hispánica (795).
De esta forma llegamos al año 800, y más concretamente, al día de navidad del citado año, momento en que el rey de los francos es coronado emperador.
A estas alturas Carlomagno había logrado consolidar un amplísimo territorio, basándose en dos grandes pilares: su enorme potencial militar y la religión cristiana. Será esta segunda cuestión precisamente, su catolicismo, lo que lo convierta en el candidato idóneo para erigirse en el brazo armado del Papado.

Figura ecuestre del Emperador Carlomagno.
Además, en este momento, se produce una circunstancia más que facilitará el camino de Carlomagno hacia el título imperial. En Bizancio, la parte oriental del antiguo Imperio Romano, el trono estaba ostentado por una mujer, Irene, quien había logrado desplazar del poder a su hijo Constantino VI. Aprovechó su regencia tras la muerte de su marido, el emperador León IV, para convertirse en la emperatriz de los bizantinos. Esta situación, es decir, la ausencia de un emperador varón, hará que el Papado considere el titulo imperial como vacante y designe a Carlomagno como Emperador.
En este punto cabría preguntarse porqué es el Papa quien otorga tal título. Pues bien, a muchos de vosotros os sonará la denominada "Donación de Constantino", documento descubierto falso siglos más tarde, y que el Papado utilizó durante mucho tiempo para atribuirse el derecho a nombrar los emperadores del Imperio. Según este decreto, el emperador Constantino I donaba al Papa Silvestre I la ciudad de Roma y la capacidad política de gobernar el Imperio Romano de Occidente. Se atribuía pues, poder temporal al Papa, un poder que aplicaría directamente sobre sus territorios (Estados Pontificios) e indirectamente sobre el resto de la cristiandad, al arrogarse el derecho de nombrar reyes y emperadores. De todas formas este es un tema complejo que abordaremos con más detenimiento en otro momento, pues se convirtió en fuente de innumerables conflictos durante toda la Edad Media.
La coronación de Carlomagno supuso el primer intento de organizar el mundo cristiano, un mundo dirigido por las dos espadas, una espiritual, encarnada por el Papa, y otra temporal, el Emperador.
La capital se estableció en Aquisgrán y el Imperio se dividió administrativamente en Condados, aunque algunos territorios conservaron su denominación de reinos, caso de Lombardía o Aquitania. La centralización del poder estuvo representado por los llamados "missi dominici", emisarios imperiales que recorrían el Imperio para controlar el funcionamiento de la administración. La religión cristiana se convirtió en el nexo de unión  de este vasto territorio

División administrativa de la Marca Hispánica.
Las fronteras se organizaron en marcas, territorios sensibles desde el punto de vista bélico que tuvieron como objetivo proteger al Imperio de sus enemigos, actuando como tapones ante eventuales invasiones. En el caso de España, la Marca Hispánica, situada al norte y que se extendía desde Pamplona a Barcelona, es uno de estos ejemplos, pues marcaba la frontera con Al-Andalus y los reinos peninsulares del norte. Todo este territorio de mantuvo bajo poder franco hasta que el Conde Wilfredo el Velloso, el último nombrado por los reyes francos, se independizara y constituyese el Condado de Barcelona, tomado como el origen remoto de Cataluña.


Pero la obra de Carlomagno apenas sobrevivirá a su muerte. Éste tuvo tres hijos los cuales se dividieron el Imperio, aunque la muerte de dos de ellos permitió la unidad del territorio en la persona de su hijo Ludovico Pío. No estuvo a la altura política de su padre y el Imperio de fue sumiendo en una profunda crisis cuyo mejor ejemplo son las encarnizadas luchas que mantendrá con sus hijos por el control del Imperio. Apenas treinta años después, los hijos de Ludovico consumaron la división del Imperio en virtud del Tratado de Verdún (843).

Con Carlomagno el Imperio Franco alcanzó su máximo esplendor, no sólo en el campo político, sino también en el plano cultural. Se llevaron a cabo numerosas reformas, y los más importantes eruditos del momento llegaron a la corte franca, convirtiendo a su capital en fuente de irradiación de cultura. Los carolingios se mantendrán en el trono franco hasta el año 987, momento en el que una nueva dinastía, los Capetos, se hacen con el poder.

domingo, 3 de julio de 2011

Justiniano y la recuperación del Imperio Romano.

Justiniano, 483-565.
Justiniano (Flavius Petrus Sabbatius Justinianus) fue emperador del Imperio Romano de Oriente entre los años  527 y 565 de nuestra era. Sucede a su tio Justino I, quien al no poseer descendencia lo asocia al trono.
Periodo de gran explendor cultural y político tuvo también importantes sombras.
En el plano político reformó y centralizó la administración, reforzando el absolutismo monárquico.
Puso fin a la guerra contra los persas sasánidas gracias a la "Paz Perpetua" (532), comprometiéndose al pago de un tributo anual. 
Una vez aseguradas las fronteras orientales se dedica a una de sus obsesiones, la restauración del Imperio Romano (“Renovatio Imperii Romanorum”) llevando a cabo importantes campañas militares. No cejó en el empeño de alcanzar el explendor de la Roma Imperial. Apoyado en grandes generales como Belisario y Narsés toma el reino vándalo del norte de Africa (535),  arrebata el suroeste de la península ibérica a los visigodos (554) y conquista italia a los ostrogodos (553), esto último no sin dificultades (20 años duró su conquista). 

Justiniano intentó la recuperación del Imperio Romano.

 Pero esta agresiva política exterior provocó importantes gastos al estado, lo que trajo consigo un aumento de la presión fiscal. Esto lo hizo muy impopular teniendo que hacer frente a una insurrección  conocida como la Revuelta de la Niká (532), la cual fue duramente reprimida (se habla de más de 30.000 muertos). Tras esto se afianza la posición autocrática del emperador, significando además su momento de apogeo político.

Santa Sofía, en la actual Estambul, Turquía.
En el plano cultural cabe destacar la importante labor constructiva que lleva a cabo, en un intento por emular a los grandes emperadores romanos del pasado. Magníficos ejemplos los constituyen Santa Sofía de Constantinopla o San Vital de Ravena.

Pero por lo que realmente destacó Justiniano fue por la codificación del Derecho Romano, lo que se llamó el "Corpus iuris civilis" (529-534). Fue redactado por un colegio de juristas dirigidos por Triboniano (jurista, estadista y estrecho colaborador de Justiniano) y estuvo compuesto por cuatro textos:
- "Codex Justinianus", una compilación de leyes imperiales vigentes.
- Pandectas o digesto, una recopilación de dictámenes jurídicos.
- "Institutiones", un manual para la enseñanza del Derecho.
- y Novelas, que fueron las leyes promulgadas por el propio Justiniano.
Este Corpus supuso una racionalización del Derecho que tuvo como consecuencia el reforzamiento del poder imperial, constituyendo, en adelante,  la base del Derecho imperial bizantino. Más tarde, allá por el siglo XI, este mismo Derecho formará el sustrato jurídico de los nuevos estados medievales europeos.

Entre los aspectos negativos de su reinado cabe mencionar las disidencias religiosas que se produjeron, sobre todo en torno a la naturaleza de Cristo. Justiniano persiguió a los seguidores de Arrio y de Nestorio, a los que se consideró herejes. Los primeros negaban la naturaleza divina de Cristo, mientras que los segundos  defienden la existencia de las dos naturalezas en Cristo, pero de forma independiente.
En el año 451 se convoca el cuarto Concilio de Calcedonia donde se declara herética la doctrina monofisita (defendían una sola naturaleza de Cristo, a la vez humana y divina), proclamándose la doble naturaleza defendida por San Agustín.

Teodora, esposa de Justiniano.
Por último no  podía finalizar el presente artículo sin hacer mención, aunque fuera en unas pocas líneas, a Teodora, la esposa de Justiniano. De origen humilde, se dice que fue acróbata de circo, pudo convertirse en emperatriz gracias a la derogación por parte de Justino I de la ley que prohibía los matrimonios entre personas de distintos estratos sociales.  Mujer de importante atractivo físico y dotada de una gran inteligencia, desempeñó un importante papel en las labores de gobierno. Su participación en la revuelta de la Nika fue decisiva para la resolución de la crisis a favor del emperador. Se convirtió en una de las figuras más influyentes sobre el emperador, constituyendo uno de sus principales apoyos.

sábado, 18 de junio de 2011

Maquiavelo y el nacimiento del Estado Moderno.

Niccoló Machiavelli.
Nicolás Maquiavelo, autor de "El Príncipe ", considerado padre ideológico del Estado Moderno, nació en Florencia, el tres de mayo de 1469, en el seno de una noble y reputada familia. Figura relevante del Renacimiento italiano pasa por ser uno de los principales teóricos políticos de la historia.
En 1498, con Florencia bajo control francés, y una vez expulsados los Medicis, Maquiavelo es nombrado secretario de la cancillería, dando inicio a una carrera funcionarial meteórica. Llevará a cabo importantes misiones diplomáticas que le valdrán al florentino para ir atesorando una importante experiencia que conformará el sustrato de su obra política.
El año 1512 será desastroso para Maquiavelo, pues los franceses son derrotados en Rávena y expulsados de Florencia, a donde vuelven los Medicis. Aquí se pondrá fin a su carrera política.
Maquiavelo es entonces desterrado y apartado de cualquier centro de poder. Además se verá envuelto en una trama conspirativa, siendo encarcelado y torturado. Posteriormente será comprobada su inocencia, aunque este episodio ya habrá marcado su vida y su pensamiento.

Italia en el siglo XVI, como ven, dividida en múltiples estados.

Los casi tres lustros que se mantiene en los círculos políticos y diplomáticos van a suponer un largo periodo de formación en los que Maquiavelo supo mezclar el análisis histórico con el estudio de la política como arte y técnica de gobierno. Una intensa actividad diplomática que se traduce en una serie de escritos de tipo político donde ya se atisban las grandes líneas del pensamiento maquiaveliano.
En 1513 se retira a su casa de campo de San Casciano, donde escribe "El Príncipe". La obra se la va dedicar a Lorenzo de Medici, nuevo gobernante de Florencia y del que espera el perdón y su reincorporación a la cancillería.
A partir de 1520 va a recuperar cierto protagonismo en el entorno florentino y es que es contratado por Giuliano Medici para escribir una Historia de Florencia ("Istorie Fiorentine") la cual finaliza en 1525. En los últimos años de vida obtiene notables éxitos literarios que consagran a Maquiavelo como afamado dramaturgo. Muere el 21 de junio de 1527 de una peritonitis aguda.

El Príncipe.
Esta obra supone la reflexión maquiaveliana sobre la política y el Estado, un Estado Moderno que va a encontrar aquí sus fundamentos ideológicos.
La obra es, como no podía ser de otra forma, fruto de su época, heredera de una realidad plasmada en las continuas luchas internas que sufre Florencia, unas disputas que ponen de manifiesto su debilidad y que la hacen víctima de las disputas de las grandes potencias del momento. El Príncipe supone un intento racional por superar esta realidad, un alegato a la unidad de Italia.
A través de su obra, Maquiavelo es el primero en fundamentar y legitimar teóricamente el Estado Moderno, apelando para ello a una política libre y no subordinada a los principios morales, lo que queda plasmado en la frase "el fin justifica los medios", frase, por otro lado, que nunca mencionó, aunque resume muy claramente sus ideas.
Se defiende un Estado fuerte, firme, capaz de aplicar medidas severas e independiente de la Iglesia. El Estado debe ser dirigido por el príncipe, cuyo modelo y ejemplo es Fernando de Aragón. Este príncipe debe poseer una serie de virtudes para aplicar la Razón de Estado, que puede ser definida como la práctica política calculada y prudente para alcanzar los fines propuestos.
Entre estas virtudes del buen gobernante están la astucia, la prudencia y la ausencia de escrúpulos morales, virtudes capaces de garantizar un orden social justo.

domingo, 12 de junio de 2011

La ruptura de la cristiandad, las 95 tesis de Lutero.

Martín Lutero (1483-1546).
Martin Lutero, impulsor de la Reforma Protestante, nació en la localidad sajona de Eisleben, Alemania, el 10 de noviembre de 1483. Inauguró la doctrina religiosa protestante, también conocida como Luteranismo, impulsando movimientos posteriores que buscaban una regeneración del cristianismo católico. Educado en una acentuada rigidez religiosa comenzó, por expreso deseo de su padre, estudios de derecho, los cuales abandonó en 1505, ingresando en el monasterio agustino de Erfurt. Comienza estudios de teología, ordenado sacerdote en 1507. En 1508 comienza a enseñar teología en la universidad de Wittenberg.
En 1510 realiza un viaje a Roma, del cual vuelve bastante frustrado al ser testigo de la corrupción, ostentación y decadencia de la curia romana. Sin duda, este episodio caló profundo en el estricto agustino, lo que hace nacer sus primeras dudas dogmáticas sobre el catolicismo.
En 1512 de doctora en teología, impartiendo clases de Antiguo y Nuevo Testamento en la Universidad de Wittenberg, y en 1513 comienza a estudiar los Salmos y las Epístolas de San Pablo, lo que acentúa sus dudas. Es a partir de este momento cuando empieza a desarrolla sus ideas teológicas, las cuales se fundamentan en las siguientes:
- Sobre la salvación del alma, Lutero no cree que el Hombre se salve por sus propios medios, sino que el Hombre sólo puede conseguir el perdón de sus pecados confiando en el amor de Dios y su misericordia. La salvación no depende, pues, de las buenas obras, sino de la misericordia de Dios. Para esto Lutero encuentra la justificación en una frase de San Pablo:”el justo se salvará por la fe”. En este aspecto cabe destacar el año de 1514, cuando el Papa León X renueva las indulgencias especiales que estaban destinadas a financiar la construcción de la basílica de San Pedro, lo que Lutero considera un abuso y una mentira que no tenía respaldo en las Escrituras. (Las indulgencias son certificados papales que liberaban de toda culpa a sus poseedores a cambio de dinero).
- Además Lutero niega todo poder de la Iglesia, salvo el espiritual, además de su subordinación al estado, niega el Papado como institución divina o establece la Biblia como única fuente de fe.
El 31 de octubre de 1517, en la puerta de la iglesia de Wittenberg, fija sus 95 Tesis, donde deja de manifiesto su rechazo y condena a la avaricia y el abuso de la Iglesia. Aparte de lo ya mencionado, y dentro de su corpus ideológico, rechaza el celibato, el culto a los santos, los votos monásticos o la existencia del purgatorio.
Sus ideas, rápidamente difundidas gracias a la imprenta, encuentran numerosos seguidores por toda Alemania. Inmediatamente es denunciado por hereje e “invitado” a comparecer ante un tribunal en Roma, a lo que se niega. El apoyo del príncipe alemán Federico de Sajonia (apodado El Sabio), y las circunstancias políticas del momento, ya que estaba en disputa el cetro imperial, recomiendan a la curia romana el aplazamiento de esta cuestión.
En 1518 Lutero es interrogado en la Dieta de Augsburgo, donde no se retracta, huyendo tras pedir un Concilio Universal. Esto supondrá su ruptura con la iglesia romana.
En 1520 publica tres manifiestos los cuales vienen a completar la nueva doctrina protestante:
a) Uno político,”llamamiento a la nobleza cristiana de la nación alemana”, donde además de proclamar el sacerdocio universal (todo cristiano es sacerdote), insta a los príncipes alemanes a convocar un concilio nacional donde de proceda con las reformas.
b) Uno dogmático, “cautividad babilónica de la Iglesia”, donde sólo reconoce dos de los siete sacramentos, el bautismo y la eucaristía.
c) Y otro ético, “de la libertad interior del cristiano”, donde establece la fe como único elemento de salvación.

División religiosa de Europa tras la Reforma.
 En diciembre de este mismo año Lutero es excomulgado por el Papa, llegando a quemar en la puerta de la iglesia de Wittenberg la bula papal donde se le comunicaba (“Exurge Domine”). La división entre la Iglesia romana y gran parte de Alemania ( Sacro Imperio Germánico) era ya una realidad.

La convocatoria de la Dieta de Worms en 1521 supuso un intento por suavizar la tensión. Presidida por Carlos V contó con la declaración del propio Lutero, quien no se retractó en ningún momento de sus tesis. Por todo ello fue proscrito, declarado hereje y sus libros quemados.


Portada de la biblia luterana.
Lutero se refugiará en el Castillo de Wartburg, bajo el auspicio de Federico de Sajonia, su máximo defensor. Este fue el momento que Lutero aprovechó para traducir al alemán, del original griego, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento, lo que convierte a Lutero en el creador de la moderna lengua alemana.
Los siguientes años de vida los dedica Lutero a la predicación de su nueva fe, hasta su muerte en febrero de 1546, en su ciudad natal.
Las críticas de Lutero no fueron más que un reflejo del descontento existente y generalizado por la degradación de la Iglesia, expresado desde la Baja Edad Media por otros reformadores como el inglés John Wyclif (siglo XIV) o el bohemio Jan Hus (siglo XV).

Monumento a Martín Lutero.
La extensión del luteranismo dio lugar a las conocidas como «guerras de religión», las cuales enfrentaron a católicos y protestantes en la Europa de los siglos XVI y XVII, y que en muchos casos escondieron otros motivos muy diferentes a los religiosos. El protestantismo acabó por consolidarse como una religión cristiana separada del catolicismo romano; pero, a su vez, también se dividió en múltiples corrientes, al aparecer disidentes radicales en la propia Alemania (como Thomas Münzer) y al extenderse el protestantismo a otros países europeos en donde aparecieron reformadores locales que crearon sus propias Iglesias con doctrinas teológicas diferenciadas (como en la Inglaterra de Enrique VIII o la Suiza de Zuinglio y Calvino).
La respuesta católica será la Contrarreforma, la que impulsó el Concilio de Trento (1545-1563), un intento por renovar la Iglesia y frenar el avance de las doctrinas protestantes.

sábado, 23 de abril de 2011

"Entre una rosa y un clavel..."

No voy a esconder las ganas que tenía por traer a este espacio a una de las figuras más importantes de la literatura española, Don Francisco de Quevedo y Villegas. Figura destacada del Siglo de Oro, supo reflejar en su obra la decadencia que consumía a España.

Francisco de Quevedo.
Nació en Madrid en 1580, de familia acomodada, estudió en los jesuitas, cursando estudios de Teología y Matemáticas en Valladolid.
A parte de su producción literaria, se dedicó a la política, desempeñando diversos cargos como consejero del duque de Osuna en Italia. Al morir éste fue desterrado a Torre de Juan Abad en 1620. Con la subida al poder de Don Gaspar de Guzmán y Pimentel, más conocido como el Conde-Duque de Olivares, valido del rey Felipe IV, volvió a la corte, llegando a convertirse en secretario del monarca, lo que significará el culmen de su carrera política. Unos escritos aparecidos en 1639, donde se criticaba la política del Conde-Duque, y que fueron atribuidos a su persona, le valdrán su desgracia, siendo encarcelado durante cuatro años en el convento de San Marcos de León. Tras ser liberado, ya achacoso y enfermo, se retira a Torre de Juan Abad, muriendo un año después.
Como literato inició el Conceptismo, consistente en utilizar el mínimo de palabras, expresando a través de ellas la máxima idea. Su estilo conciso e ingenioso, rivalizó con el culteranismo, cuyo principal representante fue Luis de Góngora, su acérrimo rival y enemigo.
Detalle de la obra "El Buscón".
Su producción literaria es amplia, cultivando diferentes géneros. Destacan su única novela, "La vida del Buscón llamado Pablos" , de género picaresco, tratados de carácter político (Política de Dios, gobierno de Cristo") o tratados de caracter filosófico y moral. Cultivó excelentemente el estilo satírico, alcanzando su máxima expresión con la obra "Sueños", donde describe las costumbres de su época. Destacado poeta, sus temas fueron muy variados, desde poesía política a temas burlescos, destacando en este caso su soneto "érase un hombre a una nariz pegado".
Autor controvertido, manifestó en su obra la desilución, la melancolía y la muerte, reflejo de la España de su época.

martes, 5 de abril de 2011

Cuando en Roma comían salmorejo, cazón en adobo y tortilla de papas...

El título del presente artículo, queridos amigos, no es gratuito, sino que tiene su explicación, y es que hubo una vez en el que los hispanos marcamos los designios del Imperio Romano.
Fue durante el siglo II d.c., en tiempos de la dinastía de los Antoninos, cuando se inagura la presencia hispana en el Imperio, llevándolo a uno de sus momentos de máximo explendor.

Aníbal Barca y su ejército de elefantes.
La presencia romana en Iberia se remonta al año 218 a.c.,  en el contexto de la Segunda Guerra Púnica, siendo la Península uno de sus principales escenarios. La derrota cartaginesa se vendió cara, una derrota que se produjo finalmente tras la Batalla de Zama (202 a.c.), donde Escipión el africano y sus legiones vencieron al gran Anibal, quien llegó a estar con sus ejércitos a las puertas de Roma. A partir de aquí comenzará el dominio romano de la Península que llevará consigo un profundo proceso de romanización, que no es más que la adopción de los usos y costumbres romanos. Ya a finales del siglo I d.c. Hispania es una de las principales provincias del Imperio, gran proveedora de materias primas (metales, aceite, vino, conservas de pescado).
En época Julio-Claudia (siglo I d.c.) la influencia hispana es cada vez más importante. Este es el momento en que muchos senadores oriundos de estas tierras, o eruditos de la talla del filósofo cordobés Séneca, quien llegó a ser preceptor del Emperador Nerón, marquen el futuro de Roma. Pero será en época Flavia cuando esta influencia llegue a su punto más álgido, gracias al Emperador Vespaciano, quien con su renovación del Senado Romano, posibilite la entrada de ricos provincianos en el mismo. Un poderoso grupo de senadores hispanos será el que promocione la llegada de Trajano al poder, el primero no itálico en la historia de Roma. Su padre, Marco Ulpio Trajano, General y gobernador de diferentes provincias, nació en Itálica, Sevilla.


El Imperio Romano en tiempos de Trajano

Con Trajano, designado por Nerva como su sucesor, se inaugura la presencia hispana en Roma (98-117 d.c.), llevando al Imperio a su momento de máxima extensión territorial. Conquistó Dacia, la actual Rumanía, y Mesopotamia, arrebatada ésta última a los persas, convirtiendo al Mediterráneo en el "Mare Nostrum".
                                                                                                                                                            
Publio Elio Adriano.

Trajano, por decisión propia, pues con los Antoninos se sustituye el principio de heredabilidad por la "elección de el mejor", asocia al poder a su sobrino Adriano (117-138 d.c.), quien se convertirá en el segundo caso de un no itálico que llega al poder. Con él los tiempos de bonanza continúan, aunque bien es verdad que los límites del Imperio se retraen, al devolver Mesopotamia a los persas. Aplastó una revuelta en Judea, aplicando una dura represión que dio lugar a la diáspora judía.



La triada de Emperadores hispanos la completa Teodosio (379-395 d.c.), quien no brilló como sus antecesores. Fue quien convirtió al cristianismo en religión oficial del Estado (391), prohibiendo los cultos paganos. Además fue quien a su muerte, dividió el Imperio entre sus dos hijos, Oriente para Arcadio y Occidente para Honorio, un Imperio que ya nunca más volverá a unificarse.

División del Imperio por parte de Teodosio, año 395.